Breves palabras de un militante a sus compañeros de lucha
(Enciende la llama en tu corazón)
Buen día compañeros quiero empezar por felicitar a los
destinatarios de estas palabras que nacen del corazón de un militante. Felicitaciones
porque en ustedes han depositado su confianza muchos compañeros.
Prosigo rogándoles
permitan que el cristianismo y las ideas políticas aniden en sus corazones,
ustedes han sido electos como delegados por la mayoría de los votos de sus
compañeros de trabajo, algunos ya tendrán antes del ejercicio sindical una
formación previa y seguramente hayan llegado al cargo por su capacidad
intelectual, otros en cambio han sido electos por su don de buena gente, este
conjunto de capacidades y dones no son prósperos si no están alimentados por la
llama de una ideología firme que empodere sus convicciones, por eso los insto
desde mi corazón y con toda buena intención a que tomen los libros, tanto
cristianos como políticos, lean y a través de la lectura dejen que germine en
sus corazones la semilla ideológica, recuerden que deben lealtad a quienes en
ustedes confiaron, la lealtad entiéndase en la protección del bienestar de
quienes nos han legado su confianza.
Es requisito fundamental para encender la llama en los demás
que en sus corazones arda el fuego de la justicia y la solidaridad. Cuando uno
tiene una idea y a través de esa idea toma conciencia de la grandeza y la
fuerza estructural de grandes proyectos sociales comprende que su labor es
eterna y no se trata de pequeños aportes u opiniones sueltos que perdidos en el
universo de ideas se desvanecen por su falta de profundidad, debemos
cultivarnos leer las veces que sea necesario, mirar el entorno, observar a
nuestro pueblo y unir lo aprendido con lo practico con la realidad empírica que
acontece ante nosotros, cuando hayamos aprendido la asociación de ideas con la práctica
habremos encendido la llama ideológica que motoriza todas nuestras acciones, y
cuando estemos en este camino la pasión se ara presente y este será nuestro
primer paso a convertirnos en hombres que llevan la llama iluminando a quienes
nos rodean, en ese momento dejaran de ser el compañero que la tiene clara o el
compañero que es un buen tipo y pasaran a ser referentes sociales, hombres de
consulta, y cuando tengan entendimiento pleno de su poder de convicción y
puedan tomar decisiones que estén en sintonía con el espíritu de la obra y el
rumbo de la conducción se convertirán en lo que se conoce como mariscal de
campo en la doctrina peronista, y en algunos casos, llegaran a ser dirigentes.
Los hombres con ideología social, cristiana, colectiva y
solidaria forman legiones, legiones que se proyectan al futuro, que cada día
organizan sin pausa el mañana para la realización de una gran obra que en este
caso es el bienestar y la alegría del pueblo argentino.
los hombres individualistas carentes de ideología forman
parte de un enjambre desorganizado, una caterva humana que busca sobrevivir día
a día sin importar el mañana, amaneciendo cada día sin lealtades más que a sus
propios intereses.
cuando tengamos este entendimiento y la pasión que motorice
nuestras acciones también tendremos acceso a la conciencia real del lugar donde
estamos parados dentro de este gran proyecto de sociedad que se han propuesto
los fundadores de la patria, seguramente en este punto los deseos personales y
las pequeñas ambiciones desaparecerán para formarnos parte integra de esta legión
insoslayable de hombres y mujeres que forjan día a día la grandeza del pueblo
argentino.
el militante ideológico entiende su lugar en el campo de acción,
no anhela con vehemencia a los cargos dirigenciales pues estos anhelos cuando
empiezan a inundar nuestros corazones apagan la llama y la conciencia, y toma
su lugar el ego individualista debilitando la estructura a la que pertenece.
por eso es importante no perder la conciencia social solidaria cristiana en
donde uno asume el rol automáticamente acorde el movimiento lo requiera, los
cargos dirigenciales por regla general en la pureza de los movimientos
fuertemente ideológicos nacen de forma natural y orgánica, todo a su tiempo,
primero está siempre por delante el objetivo central que no es más que el bien
colectivo.
como militante nunca dudé en ir a la conducción y preguntar,
pedir instrucciones, reclamar se abra la verdad a mis ojos para tener
entendimiento, cuando he perdido el objetivo o las esperanzas, en momentos de
dudas o incertidumbres nunca dudé en acudir a quienes conducen nuestro
movimiento, lo mismo les pido a ustedes compañeros acudan a sus dirigente
hablen con el corazón pregunten expongan sus ideas sus dudas ante sus
conducciones para que juntos dirigentes y militantes pongamos nuestro mejor
aporte a esta gran nación. cuando sientan pudor de exponer en público sus dudas
pidan al compañero dirigente una conversación personal y privada en donde
puedan hablar desde el corazón sin temor a equivocarse.
muchas veces las conducciones toman rumbos o decisiones que
no nos quedan claras, urgente reunión con mi conducción y que me aclare el panorama.
la lealtad vale más que la adulación, los aduladores entorpecen el andar
contaminan con mentiras la visión de donde se tiene que fijar el rumbo, los
hombres francos que analizan y preguntan esos son valiosos para los dirigentes,
actúan como alarmas que acusan ciertas fallas en un tablero de planificación estratégica,
por eso acudan siempre sin miedo y con franqueza cuando los acorrale la duda.
Algunas veces las organizaciones sindicales deben quitar la
vista del plano nacional para enfocarse en los asuntos de la clase obrera a la
que pertenecen, existen muchos sectores dentro de esta clase social y no todos
se ven afectados al mismo tiempo esto convierte a la clase obrera y las organizaciones
sindicales en actores importantísimos en nuestra sociedad, la clase obrera y
sus organizaciones tienen omnipresencia en todos los aspectos de nuestra nación.
Cuando nuestra clase social es atacada el impacto se
traslada casi de forma automática a otras clases sociales, la burguesía ve
afectadas sus expectativas gananciales, la clase media ve peligrar su nivel de
vida y se truncan sus posibilidades de movilidad social ascendente cambiando el
sentido de esta, la clase baja no puede sobrellevar el impacto de estos
conflictos y es la que por regla general sufre con mayor intensidad.
Por todos estos motivos el militante sindical debe
trascender las necesidades básicas de su organización y convertirse en
militante ideológico con una visión clara y colectiva de todos los aspectos de
nuestra sociedad para poder salir a la palestra cuando aparezcan detractores
del sentir popular.
con esto que he venido con fe a predicarles queridos
compañeros, con fe en mis creencias políticas sociales y cristianas, deseo que abran
sus ojos y sus corazones, que borren de delante de si todo miedo o duda y que
se hagan fuertes el uno con el otro para combatir con vehemencia a los enemigos
de la patria que se han instalado en el poder dividiendo nuestro pueblo,
empobreciendo nuestros corazones atomizándonos al sálvese quien pueda, cuando estén
en el trabajo en el barrio en sus hogares prediquen militen pónganle pasión, no
hay ridículo en esto de defender la patria, los derechos conquistados, la
independencia económica, la justicia social y la soberanía política, no hay ridículo
en ser solidario y apasionado.
La libertad no es el sálvese quien pueda, la libertad es
poder trabajar juntos mancomunados por el bien común y la felicidad colectiva.
RECUERDEN: Los hombres con ideología social, cristiana,
colectiva y solidaria forman legiones, legiones que se proyectan al futuro, que
cada día organizan sin pausa el mañana para la realización de una gran obra que
en este caso es el bienestar y la alegría del pueblo argentino.
Saludo fraternal queridos compañeros.
Compañero Luis Di Stefano