✊ Despierta, hermano. Despierta,
Argentina.
Esto es para los luchadores.
Para los que resisten.
Para los que recuerdan.
Para los que llevan dentro el eco de un pasado inmediato,
distorsionado por arengas blasfemas y discursos de odio.
Para los que no se dejaron seducir por el canto de las
sirenas ni por la lengua de la serpiente.
Para los desplazados.
Para los engañados.
Para los que fueron víctimas de poderes oscuros, foráneos y
miserables que intentan arrebatarnos lo que por pertenencia y herencia es
nuestro:
Nuestro pueblo.
Nuestro hogar.
El futuro de nuestros hijos.
La raíz de nuestros padres.
Esto es para los que perdieron la ingenuidad de creer en
falsas promesas que anestesian la conciencia colectiva.
Para los que no tienen banderas políticas, pero sí amor por
el prójimo.
Para los que sienten esta tierra como propia, esta patria
como hogar.
Para los que hoy están despertando, y para los que nunca
dejaron de vigilar.
¡Únanse! ¡Acérquense al llamado de sus hermanos!
Este pueblo puede ponerse de pie una y mil veces más.
En este suelo hay hermanos de todas las razas, pueblos,
creencias políticas y religiosas.
Argentina es un verdadero crisol de almas, donde se funden
la hermandad, la solidaridad y la esperanza.
Nuestra pluralidad nos cobija bajo una misma bandera.
Tenemos el mismo destino.
Sentimos los mismos miedos.
Vivimos las mismas alegrías.
Compartimos las mismas penas.
Y tenemos el mismo enemigo.
Un enemigo que pretende separarnos, acorralarnos,
enajenarnos.
No permitamos que nos destruyan.
No dejemos que nos roben la identidad.
Somos pueblo.
Somos patria.
Sabemos bien lo que es ser libres.
No necesitamos que nadie venga a prometernos la libertad que
siempre fue nuestra.
A los traidores, a los vende patria, este año les decimos:
¡BASTA!
En las calles.
En las urnas.
¡Fuera Falsos Profetas!
¡Fuera Libertarios!
¡Fuera el Fondo!
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