馃敟 Proclama contra el Tirano y su Casta
Debemos poner fin al poder del hombre
que someti贸 a un pa铆s al hambre,
a la desocupaci贸n,
que nos enemisto entre hermanos
que sembro el odio en la sangre
que destruy贸 el sistema sanitario
y priv贸 al pueblo de asistencia farmacol贸gica,
permitiendo que el c谩ncer cobrara vidas inocentes
por falta de medicaci贸n y tratamientos
imposibles de pagar para un ciudadano com煤n.
El hombre que desfinanci贸 la energ铆a,
entregando el control al monopolio,
que elev贸 el valor de los servicios
y conden贸 a miles de hogares
a sufrir las desventuras de la escasez.
El que atent贸 contra la educaci贸n
de nuestros hijos, de nuestros hermanos.
El que desfinanci贸 el servicio vial,
volviendo un riesgo para la vida humana
transitar rutas sin mantenimiento.
El que abandon贸 a los obreros,
desfinanci贸 el transporte p煤blico,
煤nico medio para ir al trabajo,
para que nuestros hijos estudien,
para llegar a hospitales p煤blicos
que, carentes de recursos,
se convirtieron en una agon铆a extra
para quienes buscan sanaci贸n.
El mismo hombre que castiga a los jubilados en las calles,
usando las fuerzas armadas
como guardia pretoriana
de un reinado hereje y desalmado.
El que carg贸 contra la felicidad de un pueblo,
que abandon贸 la seguridad cotidiana
a la suerte del destino,
porque sus fuerzas del orden
dejaron las calles
para custodiar la metr贸polis
que aloja a la burgues铆a nacional,
a la oligarqu铆a asquerosa
que acompa帽a a los pol铆ticos de turno.
Parad贸jicamente, este hombre dijo combatir
a quienes llam贸 “la casta”,
y hoy reina entre sus filas,
como el m谩s eg贸latra e indolente de todos.
Pero no est谩 solo.
Lo acompa帽an en su dantesca, exagerada y brutal era de herej铆as
los m谩s desalmados e incoherentes sociales:
hombres y mujeres de la peor cala帽a pol铆tica,
personajes de carrera ya conocidos,
que no hallaron refugio en otros espacios
por sus deslealtades y prontuarios extensos.
Tambi茅n reinan junto a este tirano
personajes que el pueblo sufriente no conoc铆a,
pero que, 谩vidos de riqueza y poder,
son capaces de apagar sus corazones
y arremeter traicioneramente
contra quienes en ellos confiaron.
Esta horda de herejes ap谩tridas
ha abierto las puertas de nuestra naci贸n
para que buitres y chacales de tierras remotas
vengan a saquear y castigar impunemente a nuestro pueblo.
Gobiernan en nombre de una libertad falsa,
dirigidos por uno de los tiranos
m谩s soberbios, ir贸nicos y desalmados
que ha visto nuestra patria.
Un tirano que gritaba y predicaba el odio
al orden, a la organizaci贸n,
a la comunidad organizada.
Un d茅spota que proclamaba la destrucci贸n del Estado,
como si el Estado no fuera
la resultante de a帽os de trabajo
de un pueblo que se hab铆a organizado.
Este tirano y su casta iracunda
han vendido sus almas
al titiritero mayor de todos los tiempos:
el poder hegem贸nico global
que mueve los hilos de la econom铆a globalizada.
Ese poder invisible que acecha a las naciones,
que busca entre sus habitantes
personajes sin alma
para penetrar sus fronteras
como un virus que invade una c茅lula
e intenta replicarse
para destruir el sistema inmunol贸gico.
As铆 se contagian los pueblos,
as铆 el odio enferma a las naciones.
Y cuando 茅stas despiertan,
la carga viral ha hecho estragos
y el sistema est谩 enfermo.
Los resultados est谩n a la vista.
Ahora es tiempo de curarse,
de expulsar el virus,
de recomponer la patria.
Por eso, a estos falsos profetas,
a estos tiranos herejes, ir贸nicos, desalmados y avaros,
este a帽o les diremos:
¡FUERA!
¡FUERA LIBERTARIOS!
¡FUERA TRAIDORES!
—Compa帽ero Luis Di Stefano
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